La Homosexualidad Ante La Verdad Suprema De Dios
Recientemente encontré un libro que habla de homosexualidad y me llamó poderosamente la atención su titulo; SOY GAY Y TU. No es la clase de literatura que yo leo, y honestamente no lo leería, sin embargo, el titulo a propósito de referir un llamado diciendo ¿te gustaria ser gay o porqué no eres gay?, trae implicita la mercadotecnia del mundo actual que nos señala; ser gay es la última moda, o ser lesbiana te hace ser una super mujer, en resumen, nos tratan de vender la idea de que, la homosexualidad es una orientación sexual. Esto es lo que el mundo actual y su sociedad nos quiere proponer o el peor de los caos, etiquetar. Cuando leí el Vampiro de la colonia roma, de un escritor Mexicano llamado Luis Zapata, quede completamente desagradecido con la vida. Es verdad, como dice el personaje central de la novela, el homosexual no nace, se hace. La homosexualidad es una enfermedad psicológica y muy poco probable que sea genética. Los factores para su desarrollo varian, como la violación, el estatus social en que te desenvuelves, incluso la sobreprotección materna, o estar a la moda, como acontece en estos tiempos. ¿Quieres estar a la moda?, entonces se un homosexual o una lesbiana, entonces tendrás un lugar en la sociedad o no pasaras desapercibido. Esto es lo que el mundo nos enseña.
La homosexualidad se relaciona con la prostitución y se dice que actualmente es una forma de vida sexual. La homosexualidad tiene que ver con la promiscuidad y su más cara realidad es una enfermedad mortal llamada sida, pues tiene un alto riesgo de contagio por la relación sexual con que se practica. El desarrollo del sida no es más que una simple consecuencia del empleo desordenado de la naturaleza. Los varones homosexuales fueron los más afectados al inicio de la epidemia del sida. Por ejemplo, el contagio por tener una relación sexual con un homosexual es del 75 al 85% de probabilidades. El contagio entre parejas heterosexuales aun utilizando el preservativo es del 5% de posibilidades. Pero no solo la enfermedad en su contagio con el sida es preocupante. En Mexico 6 de cada 10 individuos gustan de la homosexualidad. Estos datos en realidad son totalmente alarmantes. En el futuro, el 50% de los hombres que tengan relaciones sexuales con los homosexuales serán seropositivos. El 30% de los homosexuales de 20 años serán seropositivos o habrán muerto de sida antes de cumplir los 30 años. El titulo SOY GAY Y TU, tiene un transfondo cultural y social que va más alla del libertinaje, porque independientemente de la invitación a la última moda social del momento es, ante todo, una aberración a los ojos de Dios.
La biblia nos dice; por tanto, Dios los entrego a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con las mujeres y se escondieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en si mismos recibieron el castigo que merecía su perverción.
La homosexualidad va contra lo natural. Lo que es contra lo natural, es contra las leyes de Dios. Dios no acepta mitades, ni quiere inseguridades; su palabra es muy clara cuando dice, es si o es no, o frio o caliente, nada de tibio, y en su caso, a un hombre como hombre y a una mujer como mujer. Dios creó lo natural, de esta manera creó al hombre y a la mujer, creó al ser humano a su semejanza y los bendijo con estas palabras “sean fructiferos y multipliquense” La homosexualidad no tiene cabida para la gestación, por tanto, el primer gran mandato, el de la creación, crea un traspie en la relación amor humano y un gran pecado en la relación con Dios. Su palabra indica que son relaciones sexuales ilícitas y lo ilícito es un grave pecado. En el antiguo testamento, Dios creó una serie de leyes para que su pueblo anduviera siempre en lo recto, repudiaba las costumbres de otros pueblos, como la de los egipcios y los instaba por medio de los profetas a seguir sus estatutos y les decia; “pondran en práctica mis preceptos y observarán atentamente mis leyes. Yo soy el Señor su Dios, observen mis estatutos y mis preceptos, pues todo el que los practique vivirá por ellos”.
La homosexualidad no solo va en contra de lo natural, provoca por demás desordenes a las leyes que Dios estableció. Una de sus leyes nos dice; “no te acostaras con un hombre como quien se acuesta con una mujer. Eso es una abominación” La homosexualidad ha existido desde siempre. La biblia dice; “ustedes observen mis mandamientos y absténganse de seguir las abominables costumbres que se practicaban en la tierra antes de que ustedes llegaran. No se contaminen por causa de ellas”. La homosexualidad nunca ha sido aceptada, por el contrario, ante los ojos de Dios es repugnante, es abominable, por esta razón Dios insistía en persuadirlos de sus actos ilícitos y les decia; “no se contaminen con estas prácticas, porque así se contaminaron las naciones que por amor a ustedes estoy por arrojar, y aun la tierra misma se contaminó, por eso la castigue por su perversidad, y ella vomito a sus habitantes” Pero el ser humano no se persuadía, insistía en sus inmoralidades, como en Sodoma y Gomorra, la cual fue aniquilada por su maldad. La palabra de Dios dice; ” cualquiera que practique alguna de estas abominaciones será eliminado de su pueblo”
La homosexualidad tiene graves consecuencias, no solo sociales, como el desprecio, la discriminación o el contagio de enfermedades como el sida, espirítualmente arroja las peores calamidades. En la antiguedad eran severamente castigados. La biblia dice; “si alguien se acuesta con otro hombre como quien se acuesta con una mujer, comete un acto abominable y los dos serán condenados a muerte” Sin embargo, el peor de los castigos es este; la homosexualidad aleja al ser humano del reino de Dios. Su palabra nos dice; ¿no saben que los malvados no heredaran el reino de Dios? ¡no se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomistas, ni los “pervertidos sexuales”, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredaran el reino de Dios.
Por medio de su palabra, Dios nos advierte; todo me esta permitido, pero no todo es para mi bien. Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo, pero el que comete inmoralides sexuales peca contra su propio cuerpo. La mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer, porque el Señor tu Dios detesta a cualquiera que hace tal cosa. La homosexualidad puede ser vista como una desviación, pero lo cierto es que es una perverción. La sociedad puede respetar al homosexual, incluso puede crear leyes para protejer su integridad y para unirlo en matrimonio con otra persona de su mismo sexo; el mundo puede brindarle estas y otras oportunidades, como por ejemplo, la adopción, la unidad de una familia, la felicidad. Pero su mundo es de mentiras, el demonio los involucrara para que piensen que es lo correcto, pero lo antinatural no lo sera jamás. La sociedad podrá aceptar dichos desordenes sexuales, pero lo importante en esta vida no es lo que marca la sociedad, sino lo que dice el creador de la vida, que es Dios. Para Dios esta tendencia, orientación, desviación y en todos los casos, perversión sexual, es una aberración.
La homosexualidad desde cualquier punto que se le vea, tiene solución. Ya vimos que el homosexual no nace, se hace y no es una consecuencia genética. Dios hizo al hombre hombre y a la mujer mujer, y a ambos les dio libre albedrio y la oportunidad de ser perdonados por sus pecados. Dios envio a su hijo Jesucristo para morir en una cruz para que los pecados de todos les fueran perdonados, incluyendo la homosexualidad, porque Dios no hace acepción de personas. ¿Eres homosexual? ¿quieres ser perdonado? ¡Arrepientete de tus pecados! Acercate a Dios y pídele de corazón que te perdone. Acepta a Cristo como tú Señor y salvador y gozaras el beneficio de ser su hijo y además de tener dentro de ti el espíritu santo, de esta manera podrás ser salvo y restaurar tú vida para siempre, tal y como a Dios le gusta.
La biblia dice; “¿acaso no saben que su cuerpo es templo del Espiritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?” La palabra de Dios nos señala que nosotros no somos dueños de nuestro propio cuerpo, sino que fuimos comprados por un precio, que fue la muerte de nuestro señor Jesucristo, por tanto debemos de honrar con nuestro cuerpo a quien dio vida por nosotros.
Tomás Ortiz Ruiz
Ha publicado las siguientes novelas; Que importa el`pasado, sueños de un Mexicano, Preguntale a Jesucristo y Divorciada, esta ultima esta por salir con el sello Windmills Edition.