"Cambiar una ortodoxia por otra no supone necesariamente un progreso, porque el verdadero enemigo está en la creación de una mentalidad “gramofónica” repetitiva, tanto si se está como si no de acuerdo con el disco que suena en aquel momento."
"Cuatro patas sí, dos pies no!
– Me resta poco que deciros. Simplemente insisto: recordad siempre vuestro deber de enemistad hacia el Hombre y su manera de ser. Todo lo que camine sobre dos pies es un enemigo. Lo que camine sobre cuatro patas o tenga alas, es un amigo. Y recordad también que en la lucha contra el Hombre, no debemos llegar a parecemos a él. Aun cuando lo hayáis vencido, no adoptéis sus vicios. Ningún animal debe vivir en una casa, dormir en una cama, vestir ropas, beber alcohol, fumar tabaco, recibir dinero ni ocuparse del comercio. Todas las costumbres del Hombre son malas. Y, sobre todas las cosas, ningún animal debe tiranizar a sus semejantes. Débil o fuerte, listo o ingenuo, somos todos hermanos. Ningún animal debe matar a otro animal. Todos los animales son iguales."
1. Todo lo que camine en dos piernas es un enemigo.
2. Todo lo que camine sobre cuatro patas o tenga alas es amigo.
3. Los animales no deben usar ropa.
4. Ningún animal debe dormir en una cama.
5. Ningún animal beberá alcohol.
6. Ningún animal matará a otro animal.
7. Todos los animales son iguales.
Entonces observaron lo que Clover había visto.
Era un cerdo caminando sobre sus patas traseras.
Sí, era Squealer. Un poco torpemente, como si no estuviera del todo acostumbrado a sostener su gran volumen en esa posición, pero con perfecto equilibrio, estaba paseándose por el patio. Y un rato después, por la puerta de la casa apareció una larga fila de cerdos, todos caminando sobre sus patas traseras. Algunos lo hacían mejor que otros, si bien uno o dos andaban un poco inseguros, dando la impresión de que les hubiera gustado el apoyo de un bastón, pero todos ellos dieron con éxito una vuelta completa por el patio. Finalmente, se oyó un tremendo ladrido de los perros y un agudo cacareo del gallo negro, y apareció Napoleón en persona, erguido majestuosamente, lanzando miradas arrogantes hacia uno y otro lado y con los perros brincando alrededor.
Llevaba un látigo en la mano.
Se produjo un silencio de muerte. Asombrados, aterrorizados, acurrucados unos contra otros, los animales observaban la larga fila de cerdos marchando lentamente alrededor del patio. Era como si el mundo se hubiese vuelto patas arriba. Llegó un momento en que pasó la primera impresión y, a pesar de todo, a pesar de su terror a los perros y de la costumbre adquirida durante muchos años, de nunca quejarse, nunca criticar, podían haber emitido alguna palabra de protesta. Pero justo en ese instante, como obedeciendo a una señal, todas las ovejas estallaron en un tremendo balido: "¡Cuatro patas sí, dos patas mejor!. ¡Cuatro patas sí, dos patas mejor!. ¡Cuatro patas sí, dos patas mejor!"
"Esto continuó durante cinco minutos sin parar. Y cuando las ovejas callaron, la oportunidad para protestar había pasado, pues los cerdos entraron nuevamente en la casa. "
"Por primera vez Benjamín consintió en quebrar su costumbre y leyó lo que estaba escrito en el muro. Allí no había nada, excepto un solo Mandamiento. Este decía:
"Todos los animales son iguales,
pero algunos son más iguales que otros"
"de antes, pero en otra forma, llenad los vasos hasta el borde. Señores, éste es mi brindis: ¡Por la prosperidad de Granja Manor!
Se repitió el mismo cordial vitoreo de antes y los vasos fueron vaciados de un trago. Pero a los animales que desde fuera observaban la escena les pareció que algo raro estaba ocurriendo. ¿Qué era lo que se había alterado en los rostros de los cerdos? Los viejos y apagados ojos de Clover pasaron rápida y alternativamente de un rostro a otro. Algunos tenían cinco papadas, otros tenían cuatro, aquéllos tenían tres. Pero ¿qué era lo que parecía diluirse y transformarse? Luego; finalizados los aplausos, los concurrentes tomaron nuevamente los naipes y continuaron la partida interrumpida, alejándose los animales en silencio.
Pero no habían dado veinte pasos cuando se pararon bruscamente. Un alboroto de voces venía desde la casa. Corrieron de vuelta y miraron nuevamente por la ventana. Sí, se estaba desarrollando una violenta discusión: gritos, golpes sobre la mesa, miradas penetrantes y desconfiadas, negativas furiosas. El origen del conflicto parecía ser que tanto Napoleón como el señor Pilkington habían jugado simultáneamente un as de espadas cada uno.
Doce voces estaban gritando enfurecidas, y eran todas iguales. No existía duda de lo que sucediera a las caras de los cerdos. Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quién."
George Orwell, Rebelion en la granja. Francés Evra: “El Mundial fue una auténtica pesadilla”
8.07.-(PARÍS) El capitán de la selección francesa durante el Mundial de Sudáfrica, Patrice Evra, rompió su largo silencio ante los medios y señaló que la cita mundialista fue “una auténtica pesadilla” en la que no había ni proyecto ni estructura colectiva ni diálogo con el entrenador, Raymond Domenech.
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